domingo, 28 de septiembre de 2014

Un viaje a ninguna parte

El Sr. Mas rubricó ayer un desafío territorial y constitucional sin precedentes. Un paso más en la sinrazón nacionalista que abre una herida de división en Cataluña. El Congreso ya rechazó ámpliamente una iniciativa del Parlamento catalán para permitir la consulta, por lo que este nuevo texto destila temeridad jurídica y política.


 La Soberanía española es de todos los españoles, por lo que el Gobierno de España aplicará los resortes constitucionales en defensa de la legalidad. El TC suspenderá la consulta previa petición de Moncloa.Y después, qué le queda a CiU?


 La división nos perjudica a todos, pero un movimiento nacionalista es sencillamente insaciable, y así lo constata la historia europea. Anteponer el territorio a las personas nunca augura nada bueno, y esparcir rencor ,sólo engendra más rencor.


 Y cuando los argumentos económicos, políticos, legales o simplemente intelectuales no han servido de nada, ¿Qué debemos hacer?


 Precisamente en este punto estamos, afrontando un desafío de imprevisbles consecuencias pero con esa perspectiva que nos permite observar que:


 - El modelo territorial español nació con voluntad de integrar los planteamientos del nacionalismo  preconstitucional y decimonónico;por ello incorpora  una vía de acceso a la autonomía preferencial y otra ordinaria. 


 - El resultado de esa generosidad colectiva fue el estado más descentralizado de Europa incluso más que un estado federal.


 -  El estado autonómico español se diseña abierto y en constante proceso transferencial por el desarrollo de los Estatutos de cada territorio.


 -  La Constitución se basa en el equilbrio y convivencia de todas las comunidades. Una hipotética modificación sólo es posible desde esos postulados.

Con estas reflexiones, quiero insistir en la capacidad de la Constitución para integrar pero también que es el marco de todos.  Cualquier concesión fuera de su marco está condenada al fracaso y al vacío internacional.Y lo peor, toda concesión al nacionalismo será siempre insuficiente, siempre escasa a medio plazo. Es mucho lo que hay en juego,  y la historia nos recuerda que la unidad es el bien más preciado, por encima de aventuras separatistas sin destino.


Conrado Escobar